“Por seguridad, desde el coronamiento hacia la pendiente, tenemos que mantener una marcha reducida”, explica Daniel Veliz, operador de la empresa Incolur a cargo de uno de los cuatro camiones Dumper, modelo Volvo A45G, que recorren los 30 grados de inclinación del muro del Tranque Quillayes.

Con la importante misión de contribuir a reducir la emisión de material particulado cubriendo la zona con material de empréstito, estos camiones 6×6 articulados transportan cerca de 20 cubos en cada una de las 18 a 25 vueltas que pueden realizar durante cada turno.

La seguridad es el pilar central en la operación de estos equipos, según destaca Camilo Viancos, Ingeniero de Servicios Transversales de Minera Los Pelambres. «Todo estuvo enfocado en hacer una operación segura, en la cual disminuyamos el riesgo de que un camión pierda el control, enfrentando las altas pendientes y las condiciones del viento”.

Los desafíos son diversos en un entorno tan exigente. Trabajan en pendientes, a diferencia de otros equipos que operan en tarimas. La innovación se abre paso con la implementación de plataformas de giro niveladas y un sistema de ascenso programado, garantizando la seguridad en cada movimiento.

“Estos equipos tienen cuatro sistemas de freno. En caso de fallar uno, tienen las otras tres alternativas”, explica Julio Tapia, supervisor de movimiento de tierra de Incolur, quien destaca la capacidad única de los camiones -apodados coloquialmente como «lagartos»- para operar en pendientes pronunciadas.

Boris Hernández, supervisor de maquinaria de Incolur, enfatiza la importancia del mantenimiento constante y programado. “Como su criticidad es tan alta, tienen que llevar una mantención diaria antes de iniciar el turno y a mitad de éste”, subraya.

Para los operadores de esta maquinaria especializada, como Daniel Veliz, la certificación y la experiencia son requisitos indispensables para una maniobra segura. “El punto más relevante es que puedo trabajar en partes adversas, siempre que sigamos un procedimiento de trabajo adecuado”, explica.

Cada vuelta de los «lagartos» marca un paso más hacia la completa cobertura del muro del Tranque Quillayes. En un entorno donde la seguridad y la precisión son primordiales, el equipo humano detrás de las operaciones demuestra su valía en cada movimiento.