En el marco del plan anual de verificaciones corporativas, Minera Los Pelambres recibió la visita de Antofagasta Minerals para evaluar y fortalecer las estrategias de control relacionadas con la manipulación de explosivos y la fragmentación de rocas.

La actividad, desarrollada durante dos jornadas, contó con la participación de representantes de la Gerencia de Seguridad y Salud Ocupacional de Antofagasta Minerals, personal de Antucoya y un experto técnico en explosivos de Minera Centinela. Este equipo multidisciplinario aportó una visión técnica y compartió buenas prácticas entre las distintas operaciones del grupo.

“Aquí todos aprendemos y todos ganamos. Tanto la compañía, porque tiene una mirada fresca de cómo se está llevando el proceso integralmente de gestión de riesgos en salud y seguridad ocupacional y nosotros, porque recibimos un feedback muy bueno a nuestra gestión y actualización de procedimientos”, explicó María Elizabeth Arroyo, de la Gerencia de Salud y Seguridad Ocupacional de Antofagasta Minerals.

Marcela Rodríguez, superintendenta de Riesgos de Salud Ocupacional de Minera Los Pelambres, destacó estas instancias como una oportunidad de aprendizaje y colaboración. “Nos permite compartir buenas prácticas, lo que están haciendo otras compañías referentes a la efectividad y la aplicabilidad de estos controles. También nos ha permitido tener una mirada fresca de cómo estamos integrando el programa de liderazgo con el programa de excelencia”, señaló.

Durante la verificación se realizaron visitas al área mina y polvorines, además de reuniones con empresas colaboradoras como Enaex. También se efectuó una revisión exhaustiva de los controles críticos implementados. Entre las conclusiones, se reconoció que el trabajo realizado está en proceso de maduración, con desafíos pendientes, pero con bases sólidas para seguir avanzando.

Milton Reyes, superintendente de Gestión de Riesgos de Seguridad y Salud Ocupacional de Minera Los Pelambres, valoró la importancia de estas miradas externas. “No es fácil implementar controles críticos en nuestras estrategias de control, pero vamos bien encaminados. Lo importante es que el proceso tiene claro qué es lo que falta, cuáles son sus brechas y cómo se van a planificar para cumplir con cada una de ellas”, afirmó.

“Nos vamos gratamente sorprendidos. Estuvimos con el dueño del riesgo, con el dueño del control. En cada uno de ellos dejamos algunos hallazgos y sugerencias de mejora”, resumió María Elizabeth Arroyo, subrayando el espíritu constructivo de la actividad.