“A un año de la puesta en marcha de la Cuarta Línea puedo decir con certeza que cumplió 100% el objetivo para el que fue diseñada: mitigar el efecto de los minerales que venían”, afirma Ana Salazar Ríos, Gerenta de Integración de Proyectos Pelambres Futuro. Su evaluación no sólo apunta al resultado técnico del proyecto, sino también al proceso humano y colaborativo que lo hizo posible.
“Lo más valioso ha sido cómo la gente se involucra desde un principio, cómo se va conectando el proyecto con la operación y cómo se trabaja colaborativamente para que efectivamente esta puesta en marcha haya tenido el éxito que tuvo”, enfatiza.
Para la ejecutiva, el aprendizaje ha sido clave para futuros desarrollos como PAO y EVU. “Hay un solo objetivo: que lo que queremos implementar sea exitoso. Y eso se logra cuando todos nos involucramos desde el principio en la toma de decisiones. El proyecto no es de un área o de otra, es de todos”, afirma.
Desde la operación, la mirada de Andrés Córdova, Gerente General de Producción, respalda esa visión con cifras concretas. “Tuvimos una excelente puesta en marcha, creo que ha sido de las mejores de la industria. El año pasado logramos un récord histórico de más de 67 millones de toneladas tratadas”, destaca.
Según explica, uno de los molinos, el SAC-4 que se incorporó con este proyecto, incorpora la tecnología más moderna del mercado, lo que ha permitido una mejor operación, aunque aún hay espacio para seguir perfeccionando. “Nos ha ayudado bastante, pero creo que todavía tenemos oportunidades de mejorar el desempeño, no sólo de la línea 4, sino también de toda la planta”, sostiene.
La experiencia ha sido también una lección para proyectos venideros. “Ahora estamos desde temprano con un involucramiento desde la operación, incluso en el diseño, porque aprendimos que aparecerán cosas que hoy no tenemos identificadas y es mejor abordarlas cuanto antes”, agrega.
Por estos beneficios, Andrés Córdova agradeció a todos quienes participaron en la construcción y puesta en marcha: “Hicieron un excelente trabajo y logramos en tiempo récord la puesta en marcha de una planta de este tamaño”.
Alejandro Astudillo, Gerente de la Planta Concentradora, sostiene que la Cuarta Línea ha sido un verdadero apalancador. “Nos ha permitido llevar la planta a una performance mucho mayor”, afirma.
Enfrentar minerales más duros y con mayor granulometría exigía una capacidad distinta, y el INCO vino a responder ese desafío. Hoy, asegura Astudillo, los esfuerzos están puestos en optimizar los procesos. “Junto a Mantenimiento estamos trabajando con varios especialistas y armando equipos multidisciplinarios para sacar el mejor rendimiento de los equipos y cumplir nuestros planes productivos”, comenta.
En definitiva, un año después de su puesta en marcha, la Cuarta Línea no sólo ha elevado la capacidad de procesamiento de la planta, sino que ha dejado aprendizajes fundamentales, consolidando un modelo de trabajo colaborativo que será clave para el futuro de Minera Los Pelambres.