La diversidad e inclusión es un valor intransable para Minera Los Pelambres. Prueba de ello es que alrededor del 1,6% de su dotación propia corresponde a personas con algún tipo de discapacidad, desplegadas en las diferentes áreas productivas de la compañía.

José Valdés es Ingeniero de Reportabilidad y Mejoramiento en la Gerencia de Seguridad y Salud Ocupacional. Ingresó hace once años a Minera Los Pelambres y luego de nueve de ellos como colaborador, hace dos se integró como personal de planta. Su labor es clave para realizar el seguimiento que requiere una temática tan sensible para el área de SSO.

José es neurodivergente, ya que vive con una condición del espectro autista. “A mí se me manifiesta en cómo veo la realidad del mundo externo. Hay aspectos que me cuesta procesar o proceso de manera distinta y debo aplicar estrategias para comprender de manera más eficiente lo que me están comentando, por ejemplo”, explica.

En diciembre del año pasado, dio a conocer su condición a la compañía compartiéndolo a su jefatura de área. En paralelo, inició las gestiones para obtener su credencial, aunque su interés no es obtener algún beneficio. “Lo que busco, aunque me cueste, es poder visibilizar esta situación. Que cada persona, a nivel personal, haga el cambio, acepte a cualquier tipo de persona y entienda por lo que estamos pasando”, afirma.

Su acción fue muy bien recibida tanto en su área como en la compañía. La Gerencia de Personas y Organización generó un trabajo apoyado con una ONG especializada que ha capacitado a los colegas de José en mejorar su forma de relacionarse con él de la mejor manera, enriqueciendo la buena relación que siempre ha tenido en el área.

“Tener la oportunidad de haber conocido a José marcó un antes y un después en nuestra área como Gerencia de Seguridad y Salud. Y te lo digo desde todas las miradas, no sólo desde el ámbito laboral, sino que también desde el ámbito personal”, afirma Marcela Rodríguez, Superintendenta de Riesgos de Salud Ocupacional y supervisora directa.

La ejecutiva contó que cuando José les compartió su condición “no tuvimos dudas sobre cómo abordarlo” para lo que acudieron a los canales formales de apoyo con asesorías y capacitación. Con ello, además de apoyar al profesional, consideran que han aportado generar una cultura más inclusiva en la organización.

Para ello resulta clave el diálogo, reforzó la superintendenta, ya que “para que nuestro entorno laboral, nuestra fuerza laboral se sienta en confianza para tocar estos temas, hay que dialogar y no estigmatizar”.

Han pasado seis meses desde del inicio de este proceso y la evaluación es positiva. Como señala Marcela Rodríguez, “hemos ido sumando a todo el equipo de la Gerencia de SSO y todos están con muchas ganas de seguir aprendiendo de los temas de diversidad e inclusión”.

Para José Valdés, en tanto, la respuesta de su jefatura y colegas ha sido muy buena por la confianza depositada en él. Por eso su meta ahora “es que se sigan potenciando y visibilizando las capacidades reales de las personas y hoy esta organización lo está haciendo de muy buena manera”.